Con la aparición del coronavirus, la suspensión de las clases y demás actividades podrían hacer pensar a los niños que están en vacaciones. Pero muy contrario a esto, el aprendizaje debe continuar, más porque para un niño, una rutina de estudios puede resultar aburrida y monótona.
Siendo los más pequeños tan dinámicos y cambiantes, te traemos algunos trucos para que no mueras en el intento.
7 Tips para crear buenas rutinas de estudio en casa
1. Hazlos parte desde el comienzo
Crea una rutina diaria y semanal junto ellos: a fin de cuentas, debe adaptarse a los tiempos de todos. Muéstrales la importancia de cumplir cada tarea en el orden correspondiente, e inclúyelos con preguntas como “qué les gustaría primero y qué después”.
Involucrar a tus hijos en la construcción de su rutina hará que para ellos tenga más sentido, al mismo tiempo que se sentirán más valorados, y comenzarán a desarrollar el hábito.
2. Un lugar especial
La iluminación, los olores, la vista, los sonidos y hasta la temperatura han de ser tomados en cuenta al momento de escoger un espacio ideal para el estudio. Lo que los niños perciban puede jugar a favor o en contra de la concentración.
Aplican espacios donde tus hijos se sientan cómodos y libres: un niño podrá desarrollar mejores habilidades al momento del estudio si no siente que se le impone una tarea por obligación, por lo que es necesario evitar lugares donde se encuentre incómodo y aburrido.
Del mismo modo, alejarlos de sonidos distractores, como el televisor encendido, aparatos tecnológicos, música o noticias en la radio, entre otros elementos que les puedan hacer perder la concentración, es importante.
3. Disciplina
Es importante que desde pequeños los niños aprendan las ventajas perseverar. Para ello, la disciplina es fundamental, y la existencia o la ausencia de la misma en la infancia determinará el adulto que llegará a ser.
Acostumbrar a tus hijos al orden y a la organización, desde sus cosas personales hasta los deberes y actividades diarios, es fundamental. Enséñales los beneficios que conlleva esto, para que puedan encontrarle gusto y sentido.
4. Sé parte de su crecimiento
El tiempo que los padres compartan con sus hijos siempre será felizmente recibido por ellos. Tener un guía que les acompañe ante sus incertidumbres o que comparta sus logros, hace que la hora de estudiar sea más gratificante.
Dependiendo de las edades, los padres pueden involucrarse de mayor o menor manera. Por ejemplo, en niños más pequeños el acompañamiento será requerido en todo momento, mientras que en los más grandes podría bastar con estar atento a inquietudes o dudas que puedan surgir.
Es importante recordar que todo niño es diferente, por ende, el proceso de aprendizaje será diferente en cada uno, sin que ello signifique que el niño sea más o menos capaz.
5. Motivación
Mientras haya motivación siempre existirán ganas.
Y es fundamental que los niños tengan interés por hacer sus deberes, pero si bien es cierto que hay días para descansar y divertirse, también es necesario que exista una chispa de emoción en ellos al momento de retomar las rutinas que fomentan su crecimiento.
Cuando los niños se sienten capaces en algo o se percatan que han mejorado, tienen más ánimos de continuar y de superarse. Hazles saber siempre sus logros, incluso cuando estén decaídos. Muéstrales también la practicidad de lo que aprenden: si ellos asocian esos nuevos conocimientos a la vida cotidiana, estudiar les parecerá una herramienta útil.
6. El mejor momento
Se recomienda que los niños realicen sus tareas primero, y luego pasen a disfrutar de actividades más relajadas. En la mañana es cuando los niños tienen más energía y por ende les resulta más fácil concentrarse, terminando el día con panoramas entretenidos para potenciar su creatividad y se relajen antes de dormir.
Si no están acostumbrados o son niños muy pequeños, se puede comenzar con un espacio de 10 a 15 minutos, luego se puede ir aumentando progresivamente el tiempo, sin sobrepasar los 45 minutos cronológicos (para niños de primaria).
Lo importante es que no se sientan saturados, sino que puedan ir llevando el proceso educativo a su ritmo, lo cual evitará que se sientan incapaces.
7. Que sea divertido
Muy contrario a lo que se piensa por costumbre, el momento del estudio no debe ser tedioso. Lo ideal es aplicar dinámicas didácticas y participativas con los niños, eso generará en ellos el sentimiento de querer retomar al día siguiente.
Va a depender mucho del tema que se esté estudiando, pero también de la forma de aprendizaje con la que más se identifique el niño. En medio de ello existen un montón de técnicas y herramientas que amenizan el aprendizaje y lo hacen divertido.
¿Qué puedo hacer si no está de humor para estudiar?
Es importante tomar en cuenta y escuchar a los niños como a cualquier adulto, comprenderlos y ayudarles a enfrentar las situaciones de la mejor manera.
Si un niño no tiene ánimos de estudiar lo ideal sería preguntarle el motivo, y en medio de ello, podemos evaluar dejarlo pasar por ese día, siempre recordándole la importancia de retomar la rutina y que no sea algo frecuente o más de una vez a la semana. En caso de que el problema pueda ser resuelto, ayudarle a solucionarlo y mostrarle que eso también es aprendizaje.
¡No hagas siempre lo mismo!
Recuerda cambiar cada cierto tiempo la dinámica de la rutina de estudio, de esta manera evitarás la monotonía para tus hijos, que siempre quieren descubrir cosas nuevas.
Y si necesitas una mano extra, puedes contactarnos: nuestro grupo de expertos está a la disposición para apoyarte ¡siempre!
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